¿Y si seguimos el ejemplo del colibrí?

“La acción más pequeña vale más que la intención más grande”(LElsenberg)

 

Como profesional dedicado a las comunicaciones internas, ¿cuántas veces te han preguntado para qué trabajas en una actividad poco común o escasamente conocida, y que, al final, apunta a resolver algo que siempre fue y seguirá siendo un problema en las organizaciones?

Independiente de nuestra vocación y entusiasmo por lo que hacemos, me tomo el atrevimiento de compartir con ustedes una interesante parábola que quizás nos ayude a encontrar y dar una mejor respuesta a los interrogantes que habitualmente recibimos de directivos y compañeros de trabajo, e incluso familiares y amigos.

 

La fábula del colibrí

Había una vez un incendio en colibriel bosque. Todos los animales huían desesperados. Sólo un colibrí hacía el camino contrario. Con el pico tomaba agua de un lago cercano y la arrojaba al fuego. Un tatú, intrigado por su proceder, le preguntó:

– Colibrí ¿en realidad crees que puedes apagar el incendio?

El colibrí le respondió:

– Estoy seguro de no poder apagar el incendio solo, pero yo hago mi parte.

Autor: Pierre Weil

En el contexto organizacional nuestro rol implica alinear, motivar, informar, integrar, escuchar, reunir, significar, para no solo apagar sino de lo posible evitar ciertos “incendios”. Comúnmente todos estos conceptos se corresponden con objetivos nada sencillos de alcanzar, entre otras cosas, porque no dependen solamente de nuestro trabajo. Tampoco la gestión formal y planificada de la comunicación interna es la solución a todos los males. Por eso para alcanzar esos objetivos, y como idealmente debería ser en el mundo de las organizaciones, es necesario aunar los esfuerzos de todos los que componen la institución (por ejemplo, en esta tarea cobramos protagonismo, en integrar y coordinar los esfuerzos de todos en un misma dirección).

Ante los distintos avatares diarios a los que nos enfrentamos en las organizaciones no debemos dejar de “hacer nuestra parte”, todo lo contrario, tenemos que fortalecer cada día más las estrategias y acciones de comunicación interna. Debemos insistir, darles continuidad y seguir transformando nuestras intenciones en acciones reales que aporten un verdadero valor y faciliten el desarrollo a nivel de organización, equipos e individuos.

Más allá de nuestra tarea como comunicadores internos, esta pequeña gran historia del colibrí nos permite reflexionar acerca de cuál es el papel que queremos desempeñar en este mundo tan cambiante y complejo. De todos maneras es muy probable que luego de leer el texto del colibrí tomemos conciencia de que vale la pena seguir su ejemplo.

¡Ah! No quiero dejar de comentarles algo que sucedió poco tiempo después de escribir este post.

Durante la semana en el trabajo mantuve una reunión con mi jefe y otros compañeros en la cual nos comentó acerca de la compleja situación económica que atravesaba la empresa. Nos contó que la situación era cada vez más delicada y de no resolverse en el corto o mediano plazo impactaría seriamente en los trabajadores. Luego de la charla y antes que yo dejará su oficina, me hizo una pregunta:

«¿Pensás que vas a poder darnos una mano desde tu lugar en Comunicaciones Internas para dar a conocer la situación, ayudarnos a estar al tanto de las inquietudes de la gente y que, además, todos sepan del trabajo que se está haciendo para enfrentar de la mejor manera este contexto tan adverso?»

A lo que decidí responder:

«Seguramente solo no pueda, pero yo haré mi parte».

 

Hasta el próximo post… ¡Nos leemos!

Fuente de la imagen: http://2.bp.blogspot.com/_idTv-GGWH0M/TLoj_3y2W9I/AAAAAAAABLk/XIc4uHqz2nY/s1600/22288888.jpg

4 comentarios en “¿Y si seguimos el ejemplo del colibrí?

  1. Estimado Maximiliano,
    Nuestra responsabilidad es hacer nuestra parte influyendo en los demás. Hasta aquí de acuerdo. Sin embargo, cuando los problemas en la empresa son consecuencia de errores en las decisiones o cualquier otro motivo que escapa a nuestro control, poco podremos hacer. La comunicación interna no es una panacea que cura todos los males. Saludos

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    • Hola Lelia… ¡Qué bueno leerte nuevamente!
      Coincido contigo en cuanto a que la comunicación interna no es la cura de todos los males de la empresa. Ni tampoco es mi intención presentarla de esta manera. Todo lo contrario, los comunicadores tenemos que saber explicar claramente qué y cómo podemos ayudar desde una gestión formal de la CI, es decir, explicar cuál es «nuestra parte». Al mismo tiempo, hay que evitar prometer soluciones mágicas (que por cierto abundan) para superar los inconvenientes de la realidad organizacional.
      Gracias por dejar tus comentarios, y contribuir constantemente con el desarrollo y el crecimiento de la disciplina.
      Un gran saludo.
      Nos leemos.

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